05/07/2017 19:02:00

Decide de Nuevo®

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“Decide de Nuevo”, es el nombre que doy a mis talleres y que representa la dinámica central en la que baso las enseñanzas que imparto y conforme a las que cada día vivo. La elección de este nombre no es casual.  Para mí, una de las frases más inspiradoras que Jesús nos brinda en Un Curso de Milagros es “aprender es cambiar”. Mi experiencia y reflexión sobre lo que dicha frase postula, me ha conducido a observar como la pequeña voluntad a la que llamamos ego, desde la cual nos estamos soñando, “juega a aprender” este curso o cualquier otra filosofía espiritual. Y, digo juega, porque muchas veces este acercamiento se produce sin que, realmente, llegue a haber una integración de aquello que cualquiera de estas filosofías pretenda. Así, vemos como finalmente ese aprendizaje se limita a un conocimiento teórico de las enseñanzas que promulgan, meras repeticiones verbales planteadas como si ya fueran un hecho de la experiencia diaria pero, sin que realmente se vean acompañadas de un verdadero cambio en lo cotidiano de la existencia.  

Si observamos esta actitud con responsabilidad y ternura, comprenderemos su lógica. La fe que hemos puesto en el pequeño personaje que creemos ser es tan fuerte, que una de las defensas más poderosas que hemos inventado para salvaguardar su identidad es, precisamente, el miedo al cambio y, en consecuencia, el miedo a dejar de ser ese “yo soy” con minúsculas. Más, a pesar de la resistencia que supone esta ilusa identidad, en nuestra mente descansa el recuerdo de la verdad que somos. Este recuerdo inmemorial, que nos llama silenciosa, tierna y constantemente, hace que en algún instante nos hagamos conscientes de que somos mucho más que un cuerpo destinado a nacer, sobrevivir y, finalmente, morir, sin posibilidad alguna de cambiar lo que el ego ignorantemente llama…”leyes de vida”. 

Es el recuerdo de nuestra Verdad, a la que podemos rechazar, más nunca destruir o cambiar. Nuestra Verdad, grande y poderosa, pues somos el Amor y la Vida misma, Uno con el absoluto que nos creó, dotados de todo su Poder.

Poder que el yo pequeño, en su separación, ignora, más hemos de saber que el mayor regalo que tenemos aquí, en este preciso instante, es precisamente nuestro Poder para cambiar, cambiando nuestros pensamientos, conscientes e inconscientes, ¡Decidiendo de nuevo! a favor de la Divinidad que somos.

Causa y efecto no están nunca separados, ni son dos secuencias diferentes. En verdad, causa y efecto, es lo mismo. La causa, son tus pensamientos y creencias más profundos, aquellos que has aceptado como “tu verdad”. Mientras, el efecto es la experiencia o resultado de los mismos. Por decirlo de forma coloquial, son dos caras de una misma moneda. Esta ley de causa y efecto, opera en todos por igual y sin interrupción, independientemente de cual sea la creencia en ella. Al ser parte misma de la Mente de Dios, desde la cual nos creó, no necesita de nuestra fe en ella para funcionar. Conocerla, no obstante, nos da la posibilidad de Decidir de Nuevo, en cada instante. 

Tratar de resolver las circunstancias que, ahora mismo, puedes estar experimentando como problemáticas en tu vida, sin cambiar la causa que las genera  es una batalla perdida de antemano. Para ello, es preciso remover las creencias limitantes que tan bien guardas y atesoras en la memoria de tu mente-corazón (inconsciente). 

Aceptar tu poder para cambiar, es aprender a Decidir de Nuevo a favor de tu Vida y de la de todos los seres junto a quienes compartes este sueño llamado mundo. Sueño que, si tú así lo decides, puede transformarse en un dulce y maravilloso sueño Feliz. 

Decide de Nuevo®, es mi granito de arena a tu merecido descanso y felicidad.

Te Amo y te espero con los brazos y el corazón, bien abiertos.

Manuel Martín. Maestro de Dios.